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El futbol es uno de los deportes de mayor impacto y más practicados en el México. Como resultado, pueden ocurrir algunas lesiones comunes en el futbol, especialmente en las rodillas y los tobillos. Explore las causas más comunes de las lesiones de futbol y cómo un especialista en medicina deportiva puede ayudarlo a volver a la cancha en poco tiempo.

Tobillos torcidos

Fácilmente, la lesión más común en el futbol es la torcedura de tobillo (esguince de tobillo). Jugar futbol significa correr y saltar mucho. Si un jugador cae torpemente sobre su pie, el tobillo puede rodar, girando más allá de su rango de movimiento. Cuando esto sucede, los ligamentos que mantienen unido el tobillo pueden estirarse o desgarrarse, causando lesiones.

Los síntomas de un tobillo torcido (o torcido) incluyen dolor, hinchazón, hematomas, movimiento limitado e incapacidad para poner peso sobre él.

La mejor manera de prevenir un esguince de tobillo es usar calzado adecuado, estirarse y calentar antes de un juego. El tratamiento para un esguince de tobillo consiste en seguir el método R.I.C.E.  durante dos o tres días. Eso es descanso, poner hielo en el tobillo, compresión y elevación. En algunos casos raros, se puede requerir una artroscopia. Este es un procedimiento quirúrgico en el que se inserta una pequeña cámara en el tobillo para que un especialista en medicina deportiva pueda extraer cualquier fragmento de hueso, cartílago o ligamento.

Ligamentos rotos en la rodilla

Saltar y correr pone mucha tensión en las rodillas. Tres ligamentos comunes dentro de la rodilla son propensos a lesionarse durante un partido de futbol vigoroso: el ligamento cruzado anterior (LCA), los meniscos y los tendones de la rótula. Los síntomas en cualquiera de estos ligamentos desgarrados incluyen:

  • Dolor agudo o punzante
  • Hinchazón
  • Sonidos de estallido en la rodilla.
  • La incapacidad de poner peso en la pierna.

Los desgarros del LCA son los más conocidos, ya que este grupo de ligamentos a menudo requiere tratamiento especializado y cirugía reconstructiva para corregirlos. El menisco es la segunda lesión más preocupante, ya que el tratamiento puede variar desde aplicación de hielo hasta fisioterapia. En algunos casos, se necesitará una cirugía de menisco artroscópica en la que un médico utiliza una pequeña cámara para reparar cualquier cartílago desgarrado. Finalmente, la tendinitis rotuliana (también conocida como rodilla de saltador) es una lesión muy común en el futbol, pero a menudo solo requiere reposo y hielo para sanar.

 

Distensión muscular de la pantorrilla

Otra lesión común en el futbal es una distensión muscular en la pantorrilla, que ocurre con aceleraciones repentinas, saltos y carreras a alta velocidad. La mayoría de las distensiones agudas de la pantorrilla a menudo implican un dolor repentino en la parte posterior de la parte inferior de la pierna, así como una sensación de estallido o tirón. Este tipo de lesión se puede categorizar en tres fases:

  • Grado 1. El músculo se estira, lo que provoca pequeños microdesgarros en las fibras musculares.
  • Grado 2. Hay un desgarro parcial de las fibras musculares.
  • Grado 3. Esta es la distensión más severa de la pantorrilla, con desgarro o ruptura total de las fibras musculares en la parte inferior de la pierna.

El tiempo que lleva regresar a la cancha está influenciado por la ubicación y el grado de lesion. Se puede usar una resonancia magnética o una ecografía para determinar el grado y la ubicación de la lesión. Tu especialista en medicina ortopedica podrá entonces decidir el curso de tratamiento ideal.

Por lo general, una distensión muscular puede requerir varias semanas de descanso, inmovilización y fisioterapia. En el caso de un desgarro o ruptura muscular completa, es posible que se necesite cirugía para reparar el tejido.

En algunos casos, los jugadores confunden una distensión muscular de la pantorrilla con una ruptura de Aquiles, ya que comparten muchos de los mismos síntomas. Este tipo de lesión ocurre cuando el tendón de Aquiles, que conecta la pantorrilla con el talón, se corta parcial o totalmente.

 

Las rupturas de Aquiles requieren atención médica inmediata para evitar más daños en el tendón. Según la gravedad de la ruptura, necesitará un tratamiento quirúrgico o no quirúrgico. Los tratamientos no quirúrgicos incluyen un aparato ortopédico o una bota para limitar el movimiento y permitir que el tendón sane. Las opciones quirúrgicas incluyen:

  • Cirugía abierta. Su médico hará una gran incisión en la parte posterior de la pierna para reparar el tendón.
  • Cirugía percutánea. El tendón se repara pasando suturas de forma entrecruzada a través de una pequeña punción con aguja en la piel.

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